La estancia fue buena, pero…
La habitación era amplia, incluso para nosotros que éramos cuatro, bastante reformada, pero ruidosa y con muchas escaleras para acceder a la misma y, dentro de ella, una muy empinada y de peldaños extremadamente estrechos para subir a la zona alta.
El baño pequeño, limpio y moderno, pero con una ventana al pasillo, con un cristal esmerilado pero sin cortina, que reducía la privacidad en un lugar delicado.
Las piscinas geniales, pero los fines de semana solo se puede usar la de atrás.
El desayuno muy bien, lo básico en buffet y bebidas y ciertas solicitudes servidas, muy lento pero muy amables.
En general, una parte muy agradable y la de atrás un tanto dejada, especialmente entre la recepción y la escalera para las habitaciones, con unas puertas… y lleno de cagadas de pájaros.
El personal muy amable y simpático.
