Maravilloso. Probablemente el mejor alojamiento en nuestro largo viaje por Islandia.
Si a eso le sumas que estuvimos solos en toda la casa, la experiencia fue muy buena.
El entorno es maravilloso, su paisaje y tranquilidad sin igual. Fue donde mejor pudimos descansar.
Nos dio la mejor habitación. La casa entera para nosotros.
La propietaria, Anna, amable en su máxima expresión. Cercana, habladora. Todo un placer charlar con ella. Nos preparó incluso el desayuno antes de lo habitual. Ella misma, para nosotros solos. Durante el mismo, estuvo en todo momento atenta y preocupada por que no nos faltara nada.
El desayuno muy bueno, sobre todo habida cuenta de los estándares islandeses.
La mejor estancia y la mejor anfitrión de todo nuestro largo recorrido. Es algo que nunca olvidaremos. Gracias, Anna.
Para más inri, su relación calidad/precio no puede ser mejor m